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Investigadores del IBEC contribuyen a hacer los experimentos con glóbulos rojos más realistas

El proyecto, que ha sido bautizado con el nombre de EVIDENCE, está dirigido por el profesor Dr. Lars Kaestner de la Universidad de Saarland (Alemania) y cuenta con la colaboración de expertos de Francia, Suiza, los Países Bajos y el Reino UnidoTodos ellos ahondarán durante los próximos años en la naturaleza de los glóbulos rojos para averiguar cómo estos se ven afectados por lo que ocurre en el entorno extracelular. 

Durante la elaboración del proyecto, al que la UE destina 4 millones de euros, los expertos se servirán de modelos matemáticos para intentar comprender mejor cómo fluye la sangre en el cuerpo, lo que podría servir de base para otros estudios experimentales sobre el flujo sanguíneo.  

Entre los objetivos específicos de este programa figuran el desarrollo de técnicas de diagnóstico novedosas para curar trastornos anémicos raros como la anemia falciforme o la producción de glóbulos rojos en el laboratorio, algo que  para Kaestner, el líder del proyecto EVIDENCEsería clave para el sector de transfusiones. 

“Aunque ya existe la tecnología necesaria para producir sangre artificial, un solo lote puede costar varios cientos de miles de euros. Por ello, mejorar el proceso de producción y hacerlo más rentable ayudaría a complementar las fuentes naturales de sangre y a adaptar los sustitutos para tratar las afecciones más complejas”, apunta en este sentido Kaestner. 

Los glóbulos rojos (eritrocitos) son las células más numerosas de la sangreSu función es la de transportar oxígeno a los lugares del cuerpo donde se necesita, es decir, a las células que forman nuestros músculos y órganos, con lo que son esenciales para la vida. Sin embargo, si el organismo contiene número de glóbulos rojos demasiado alto o demasiado bajo,  puede que éstos se deformen al fluir o que su función se vea afectada, lo que puede dar lugar a muchas enfermedades.  

Por ello, comprender cómo se comportan los eritrocitos en el sistema circulatorio es vital para la cura de estas afeccionesEl problema está en que éste entorno es difícil de reproducir en el laboratorio, donde en la mayoría de casos la sangre se estudia a través de portaobjetos y no mientras fluye. 

En estas condiciones, algunos eritrocitos ya están muertos, lo que impide que los científicos vean cómo se comportan estas células en el entorno real. No obstante, en las últimas décadas se han realizado avances importantes en este sentido. Así, por ejemplo, mientras hace 20 años era impensable medir la cantidad de glóbulos rojos que hay en una muestra de sangre, hacerlo ahora sí que es posible y la información que se tiene de estas células es cada vez más detallada.